el parsi traduce
desde sus primeros tacos
más soltados que cumplidos
escrúpulos como derrota,
resignación como condena,
adoración como estandarte,
competición como arte.
querría,
este parsi traductor,
que fueran sus días
como rayos a tiempo vistos:
brevemente luminosos,
impactantes, hermosos,
pero pocos son así
y además ha oído a ratos
hablar sobre amor o desamor
fantasiosamente, cursimente
mientras apuestan
mil melódicos clichés comerciales
por empalagarle sobradamente.
ahora un parsi menos interesado
en titularse como persona
deja que una aguja toque surcos y
deja que un sonriente yanqui yonqui
le cante “Fall in love with me”
repetidamente.
al parsi le pone más
la cadencia que las mariconadas.
y mira pensando eso
la jeta de Iggy Pop preguntándose:
“¿qué lleva casi 40 putos tacos
haciéndote tanta gracia?”
tal vez nada o
tal vez todo o
tal vez drogarse y presentir
que podía sobrevivir drogándose,
contoneándose y forrándose.
Iggy vuelve a cantar
“A bottle of white wine
A cigarrette and you”
y el parsi piensa:
“amar, eso de amar:
cuando deriva de una desesperación
tirando a cotidiana pronto cuenta
como enésimo acto cotidiano
de convivencia soportable
a duras penas”.
el bajo incesante,
las guitarras vacilantes,
la percusión donde quedarse a vivir
y canta Iggy:
“And I will look at you
Cause you’re so young and pure
And you’re young at heart”
y el parsi piensa escuchando:
“valorar autenticidad
implica asumir que cada imperfección
es un gigantesco balancín
donde espabilar puntúa más que nada”.
y este parsi cualquiera
piensa callando:
“nos acercamos peligrosamente
al reciclaje de conciencias podridas,
lo cual equivale al cristiano
a real aceptación de ser inconsecuente”.
pronto este pensante parsimonia
sentirá que sus días siendo rayos
no serán su solución,
y que el Iggy sonriente
habitará su corazón
mientras siguen apodándole parsi
porque monia suena ciertamente maricón.
The post El Parsi appeared first on Murray Magazine.